Ser infiel a tu pareja no es algo de lo que sentirse especialmente orgulloso, desde luego. Las relaciones actuales, cada vez más complejas en su manera de desarrollarse, siempre suelen tener límites a este respecto. Si dos personas acuerdan no tener relaciones con otras, y ser monógamas dentro de su propia relación, romper ese pacto es una infidelidad, da igual como se explique. Algunos lo justificarán aludiendo a borracheras, errores puntuales o sencillamente, incapacidad para tener solo una pareja. Otros directamente rechazarán esos límites y solo buscarán relaciones abiertas, sin compromiso, para poder disfrutar del sexo de todas las formas posibles sin perder nada. Así, de paso, evitan ser infieles a los demás, y de la misma forma tampoco tienen nada que reclamarle al resto de parejas, ya que no hay una vinculación de exclusividad. Aunque las relaciones abiertas cada vez son más habituales, todavía hoy por hoy lo más normal es estar en pareja con solo una persona.
Eso no quita para que sigamos siendo infieles, de manera reiterada además, buscando luego excusas y justificaciones a nuestros actos. De hecho, lo llamativo de todo esto es que cuando alguien es infiel siempre trata de encontrar una salida a lo que ha hecho, pero suelen ser esas mismas personas las más celosas cuando temen que su pareja haga lo mismo. Todo tiene que ver con el tipo de apego que desarrollamos, con la propia empatía, la madurez emocional y sentimental que podemos tener en cada momento. A este respecto, siempre se dice que los hombres son más infieles que las mujeres, algo que algunos estudios parecen demostrar. Dentro de España, por ejemplo, los catalanes parecen estar a la cabeza en infidelidades, aunque los madrileños no van a la zaga. Tal vez sea generalizar demasiado, pero hay demasiadas evidencias que señalan la infidelidad habitual de los hombres y mujeres de Cataluña. Desde webs como Ashley Madison, creadas precisamente para tener aventuras fuera del matrimonio, hasta propias encuestas internas, anónimas por supuesto, donde los catalanes desvelan que no tienen reparos en estar con otras personas. ¿A qué se debe esto? Vamos a investigar un poco más en las razones y motivos de esas infidelidades.
Las relaciones de los catalanes
Cataluña es una de las comunidades más especiales de todo el territorio español, y ahora no estamos hablando de política, ni mucho menos. Lo cierto es que los catalanes tienen una cultura y una idiosincrasia muy diferente a la del resto de españoles, más propia y a la vez más influida por la cercanía a Europa. De esta manera, Cataluña es una de las comunidades más abiertas en lo que a relaciones se refiere. Aquí encontramos más clubes swingers que en cualquier otro lugar de España, incluso por encima de la capital. También podemos detectar que Tinder, Ok Cupid o Badoo, aplicaciones de citas muy populares, funcionan a pleno rendimiento, y no solo entre los solteros… Los catalanes parecen querer disfrutar a tope del sexo, y eso de la monogamia no tiene porqué detenerles.
La infidelidad, más común de lo que parece
Cuando dos personas mantienen una relación cerrada hay un pacto, sea implícito o explícito, para no estar con otras terceras personas, ni siquiera sexualmente hablando. La fidelidad en la pareja es una de las bases más fuertes y necesarias, porque de lo contrario, la propia confianza que hay entre esas dos personas puede saltar por los aires. Encontramos, sin embargo, que las infidelidades son muy comunes hoy en día, y que incluso las nuevas tecnologías podrían haber facilitado este tipo de encuentros. Las redes sociales son un reclamo perfecto para conocer a nuevas personas e intentar ligar sin movernos siquiera de casa. Podemos estar sentados junto a nuestra pareja, ajena a todo, y a la vez quedando con esa chica de Instagram que sube fotos tan sugerentes.
Siempre ha habido personas infieles, en Cataluña y en cualquier otra parte del planeta, pero es cierto que la situación está llegando a un punto sobresaliente en estos últimos tiempos. Contamos como infidelidad aquellas relaciones fuera de una pareja monógama, claro. Nada que ver con tener una relación abierta y disfrutar del sexo con otros, siempre con el consentimiento de nuestra pareja. La infidelidad se vuelve destructiva si va en contra de la confianza, pero a veces también es inevitable, porque la monogamia no funciona para todos. En Cataluña, la web de aventuras sexuales Ashley Madison ha destacado a tres de sus ciudades como las más infieles del país: Manresa, Girona y Barcelona. De hecho, los propios directivos de la web se han sorprendido por la enorme cantidad de infieles que habitan en estas ciudades, utilizando su propia plataforma para encontrar esas aventuras fuera de la preja.
Prostitutas, amantes, escorts… Mucho donde elegir
En esto de las infidelidades, cada cual tiene su propia forma de entregarse al placer con otras personas, y también sus excusas para salir “indemne” del escrutinio público, e incluso de la propia infidelidad. Los hombres aseguran que, por naturaleza, necesitan estar con más de una mujer para poder sentirse satisfechos. Que es algo biológico que se ha intentado reprimir precisamente con las parejas monógamas, pero lo natural, lo lógico, es tener a varias mujeres. La situación cambia cuando son ellas las que ponen los cuernos, una falta de respeto para el ego de muchos, que puede acabar de la peor forma posible… Sigue habiendo mucho machismo en la sociedad, incluso en este tipo de historias.
Los hombres pueden ser infieles de muchas formas, ya que tienen muchas alternativas donde elegir. Encontrar amantes es cada vez más fácil, puesto que las redes sociales y las nuevas tecnologías nos ponen en contacto de forma anónima y segura. Las prostitutas y escorts suelen ser también otra opción muy habitual, justificada además por los clientes por el hecho de poder “hacer otras cosas en la cama”. Las profesionales del placer también se cuentan por miles en Cataluña, y no es extraño que la comunidad posea el mayor burdel de toda Europa, así como diversos pisos de citas en cada ciudad importante. Siempre hay trabajo para estas chicas, y no solo por parte de los solteros que acuden a probar sus servicios…
La sexualidad en Cataluña
Cataluña es una comunidad muy abierta en todos los sentidos. Una región que ha crecido casi por su cuenta, desconectada en cierta forma del resto del país pero conectada a otros lugares europeos como más sofisticados. El arte y la cultura siempre han estado presentes en Cataluña, especialmente en Barcelona, una ciudad muy global. No es extraño pues que aquí se levantaran imperios del sexo y el porno, una industria que creció mucho antes que en Madrid en la Ciudad Condal. Tampoco es extraño encontrar sitios como la Sala Bagdag, templo del sexo en vivo en Barcelona, impensable en otras ciudades. Esa apertura de mente tal vez también tenga mucho que ver con la manera de entender las infidelidades en Cataluña, al ser más liberales los catalanes en este tipo de cuestiones.